Un dicho muy conocido es aquel que nos dice “Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”. Es una idea a priori creíble y lógica pero si la analizamos veremos que es equivocada.
Yo soy muy fan de los dichos populares. De hecho creo que en la mayoría de ellos hay mucha sabiduría pero en algún caso también hay muchos mitos y creencias poco fiables.
Un dicho muy conocido es aquel que nos dice… “Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo”.
A priori tiene sentido. Se basa en la idea de que debemos realizar la mayor comida del día a primera hora, llenar los depósitos de energía, que iremos quemando durante el resto de la jornada, a medida que disminuimos gradualmente el tamaño de nuestras comidas.
Es una idea a priori creíble y lógica pero si la analizamos veremos que es equivocada.
Si tan solo hiciéramos un esfuerzo de imaginación y trajéramos a nuestra mente la imagen de un rey y la de un mendigo. ¿Quién está más gordo?… ¿El rey o el mendigo? A no ser que las películas de acción te hayan influenciado en exceso, en la vida real de esa época los reyes solían estar mucho más gordos que los mendigos.
Por lo tanto esto ya nos puede dar una pista que comer como un rey no es la mejor estrategia para estar delgado y sano.
Pero no nos quedemos solo con esta anécdota para basar nuestra argumentación. Vayamos a analizar en más profundidad lo que dice la ciencia sobre el desayuno.
Desde una perspectiva evolutiva el desayuno es un concepto relativamente moderno. ¿Crees que un hombre o una mujer que vivió hace miles de años ya pensaba en términos de “desayuno”, “almuerzo” y “cena”? Estas etiquetas no existían. Simplemente las personas hacían comidas. Es relativamente nuevo lo de poner nombre a las comidas. ¿Te has parado a pensar QUIÉN y POR QUÉ se les ha puesto estos nombres?
El verdadero motivo por el cual se pone nombre a las comidas es para que la industria alimentaria te pueda vender mejor sus productos. Una vez te han convencido de que hay diferentes comidas (desayuno, almuerzo, cena, snacks…) entonces te pueden vender productos específicos para cada una de esas comidas.
A través de sus anuncios te hacen creer que productos como el Cola Cao, los cereales y las galletas son alimentos para el “desayuno”.
Si aplicas un poco el sentido común sabrás que estos productos no tienen nada de saludables. ¿A quién se le ocurriría tomar un Cola Cao, unas galletas o una magdalena para almorzar o cenar?… ¿A que no lo encuentras lógico ni saludable? Entonces que te hace pensar que comerlos en el desayuno sí lo es. No tiene ningún sentido.
El problema es que después de miles y miles de anuncios bombardeándonos y diciéndonos que es importante desayunar y que los mejores productos de desayuno son estos… pues la gente acaba picando el anzuelo.
Por lo tanto, el desayuno (como la primera comida del día) es una invención de la industria alimentaria para enchufarte una serie de productos poco saludables para ti pero muy rentables para ellos.
Deja de pensar en términos de etiquetas (desayuno, almuerzo y cena) y piensa en términos de comidas (primera comida, segunda comida y tercera comida).
De hecho, la palabra desayuno en inglés “breakfast” significa concretamente “break the fast” o romper el ayuno. Por tanto el “desayuno” vendría a ser la comida que se hace para terminar con un periodo de ayuno como podría ser la noche donde hemos pasado unas 8 horas aproximadamente sin comer. Por lo tanto la primera comida que hagamos será el “desayuno” o “break-the-fast”.
¿Qué pasa si me despierto y no como nada hasta el mediodía?… ¿No sería el “almuerzo” del mediodía la comida que rompería el ayuno? ¿Entonces podríamos decir que el almuerzo seria nuestro “desayuno”?
Tu “desayuno” es tu primera comida del día y sea a la hora que sea intenta comer alimentos naturales, con pocos ingredientes y sobretodo no te dejes engañar por el marketing.
Llegados a este punto vamos a analizar lo que dice también la ciencia sobre este tema.
A parte de los estudios financiados por las grandes empresas multinacionales de la industria alimentaria que obviamente van a favorecer la idea de que el desayuno es muy importante y que se deben consumir unos productos muy determinados, el resto de estudios llevados a cabo de manera más independiente no nos dicen lo mismo.
En este estudio por ejemplo indica que saltarse el desayuno puede ser beneficioso para perder peso al reducir la ingesta calórica total. Lo mismo indica este otro estudio en mujeres adolescentes y este otro estudio en niños. La idea de que saltarse el desayuno nos hace comer más no tiene fundamento. Saltarse el “desayuno” no es ningún problema siempre y cuando la siguiente comida se planifique y sea saludable.
Como he dicho antes, no podemos ignorar la perversa influencia de la industria en la recomendación del “desayuno”. Muchos estudios sobre el “desayuno” son financiados por la propia industria que nos vende sus productos. Por muy objetivos que intenten ser los investigadores, sabemos que el origen de los fondos condiciona las conclusiones…
Si hacemos un repaso rápido de algunos de los mensajes que se extraen de estudios realizados por la industria alimentaria, encontraremos afirmaciones como las de la web de Kellogg’s…
“El desayuno es la comida más importante del día y los cereales son la mejor opción para empezar bien el día”. También afirman que ““Los cereales son una excelente opción para alcanzar los requerimientos diarios de vitaminas y minerales“
¿Ah sí?… ¿Están seguros?…
Pues los estudios nutricionales que comparan a los cereales con el resto de alimentos nos demuestran lo contrario.
Si comparamos la densidad nutricional de los cereales con la fruta y la verdura veremos como no tienen ni punto de comparación. Mientras que la mayoría de cereales tienen un valor nutricional inferior a 100, la mayoría de frutas y verduras están por encima de 500 puntos y algunos como las espinacas incluso rozando los 1.000 puntos.
Y si comparamos el contenido de vitaminas y minerales pasa exactamente lo mismo. Las frutas, verduras y carnes o pescados ganan por goleada a los cereales.
En resumen, si te quieres alimentar bien y rendir al máximo está claro lo que tienes que comer, ¿no?
Ya sea para desayunar o para cualquier otra comida la verdura, la fruta, la carne y el pescado tendrían que ser la base de tu alimentación, y no los cereales. Y resulta que las recomendaciones nutricionales oficiales nos venden la moto con que los cereales tienen que ser la base de nuestra pirámide alimentaria. Qué vergüenza, ¿no crees?
En fin, como siempre los intereses económicos priman sobre la salud de la gente. La industria alimentaria ha logrado que el “desayuno” se haya convertido sin duda en la peor comida del día y lo más triste es que cuentan con el beneplácito de muchas de las organizaciones de nutrición que deberían velar por una información objetiva y de calidad en materia de nutrición.
Recientemente el American Journal of Clinical Nutrition y estudios como éste han demostrado que no existe evidencia científica que respalde la idea de que saltarse el “desayuno” sea un problema. Ni tampoco que desayunar disminuya el riesgo de padecer obesidad o sobrepeso. Esta organización también denuncia la engañosa forma en la que se divulga esta conexión.
RECOMENDACIONES GENERALES
- Como idea final, desayunar no tiene nada de especial. Si te levantas y no tienes hambre pues no comas. Ahora, si eres de los que necesita comer a primera hora entonces come, pero come comida de verdad.
- En general, el “desayuno” debería estar basado principalmente en proteína y grasa natural, sin abusar del carbohidrato. Añadir una buena fuente de proteína a primera hora reduce el hambre durante la mañana mucho más que un desayuno a base de carbohidrato. En este artículo te damos algunos ejemplos de desayunos que te van a ayudar a ponerte las pilas de verdad.
(fuente: Xavi Garcia, Fitness Integral)